Con el fin de conseguir que todo esté en orden en Navidades, toca abrillantar hasta las esquinas. Así seas un genio con el estropajo y el trapo el resto del año, los festivos son ideales para cometer algunos pecados de limpieza. Seguro que sabes de lo que hablamos, pero no vamos a obligarte a confesar
Pecado 1
Purpurina, espumillón y restos navideños que se caen al suelo y ups, los escondemos debajo de la alfombra. Va a ser muy divertido descubrir esos pequeños tesoros en la siguiente limpieza.
Pecado 2
Esa mancha en el suelo es perfecta para colocar el árbol de Navidad encima. Ya tendrás tiempo de limpiarla cuando guardes la decoración navideña.
Pecado 3
Las vacaciones de Navidad no son vacaciones. Si eres de los que te toca hacer la compra, cocinar y además limpiar, puedes cometer este pecado: esconde los platos sucios debajo del fregadero hasta que las visitas de hayan ido. Este juego del escondite también sirve para la ropa sucia.
Pecado 4
¿Tienes algunas ventanas que no relucen? Cuelga unas luces y llámalo escena nevada mágica.
Pecado 5
Cuelga un cartel al lado de la puerta de entrada en el que ponga “vestidor”. Ya tienes excusa para que los abrigos, gorros, bolsos y demás enseres de tus invitados estén ahí.
Pecado 6
Se cubre la capa de polvo en las estanterías con nieve falsa del Belén. Si alguien pregunta, defiende que este año el espíritu navideño se ha apoderado de ti.
Pecado 7
Un típico para terminar el post: dale la vuelta a los cojines antes de que lleguen los invitados!
Traducido y adaptado de Goodhousekeeping